Desde que tenemos hijos, nuestra vida cambia, y todos estarán de acuerdo conmigo que hacemos nuestro mejor esfuerzo por ser los padres perfectos para ellos. Muchas veces esta auto exigencia nos puede llevar a niveles de estrés muy altos. En este artículo les expongo algunas situaciones recientes que me han hecho reflexionar:
Hace unos días me compartieron un vídeo en el que dos mujeres, una de ellas, la reconocida periodista y escritora Melisa Tuya, habla de las “Madres perfectas” y mi mayor aprendizaje fue que muchas veces nosotros mismos nos exigimos demasiado como padres y lo único que nuestros hijos en verdad quieren, es que seamos felices.
La semana pasada estaba con un amigo que tiene un hijo neurotípico, mientras platicábamos su hijo estaba llamándolo insistentemente: Papá, papá, papá, papá y mi amigo por seguir hablando conmigo no le hacía caso, el niño seguía y seguía hasta que le dije, ve a ver que quiere tu hijo, y él me respondió: Seguramente no quiere nada solo quiere llamar la atención.

Este incidente parece intrascendente, pero para mí no lo es, me hizo reflexionar mucho sobre como los padres de niños con TEA nos hemos vuelto más agradecidos con las pequeñas cosas, y es que para mí el hecho de que alguno de mis niños me diga Papá una sola vez, es el mejor premio para un día de trabajo duro. Tengo la fortuna de tener en vídeo de la primera vez que Junior me dijo papá, probablemente después de horas y horas de entrenamiento.
Para finalizar, recientemente hemos estado visitando coles para el próximo ciclo de los niños, es toda una aventura en verdad, y para ser sincero, es un proceso muy complicado. No entraré en detalles porque podríamos escribir un artículo entero sobre este tema, esta experiencia nos ha hecho compartir con padres de niños neurotípicos que están en la misma situación que nosotros, buscando la mejor opción para sus hijos. Las veces que hemos ido a lo que llaman “Jornada de puertas abiertas” para ver las instalaciones, filosofía de las escuelas y modelos educativos; me doy cuenta que muchas veces nos enfocamos mucho en el futuro y eso nos hace descuidar los pequeños detalles y logros de nuestros hijos en el día a día. Mientras los padres normales preguntan “¿Cómo prepara el colegio a los niños para que de adultos puedan dar una conferencia en inglés ante 150 personas?” o “¿Cómo están preparados para lidiar con la generación Z?”, ¡casos reales! Yo solamente pregunto qué tan inclusiva es con los niños y como fomentan la diversidad.
No estoy juzgando ni digo que los padres de niños normales estén mal, probablemente si yo estuviera en su posición sería igual que ellos, simplemente expongo cómo puede cambiar nuestra perspectiva dependiendo de un caso a otro.
Mi conclusión es que los niños quieren que sus padres sean felices y no perfectos. Ya seamos padres de niños TEA, Neurotípicos o con necesidades especiales, considero que debemos enfocarnos en los pequeños detalles, porque por pequeños que parezcan, pueden ser lo más grandes para ellos.
Ernesto.
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