Hace 18 años nació mi hijo Emiliano, un niño con Disgenesia Cerebral, Epilepsia Focal, Hipoplasia del Nervio Óptico (débil visual) y Síndrome de Kenner moderado. Emiliano fue diagnosticado con Disgenesia Cerebral a los 2 meses de edad con un pronóstico devastador, los doctores nos comentaron que iba a ser un "niño de castigo"; no podría caminar, comer solo, con una expectativa de vida corta y dependería de ayuda personal para toda su vida.